¡¡Hola chic@s!!
¿Qué tal se preparan para las vacaciones de agosto?
Hay que descansar, no todo en la vida es trabajar, parte de la salud también es la recreación.
Y hablando de verano, ¿Quién en esta época no se ha dado unos abanicazos? , yo creo que todos, porque, ¡vaya! placer que nos produce un abanico cuando tenemos un calor agobiante.
Los abanicos surgieron, simultáneamente e independientemente, en dos culturas dispares hace unos cinco mil años. Los chinos convirtieron los abanicos en un arte, y los egipcios, en un símbolo diferenciador de clases. En el siglo VI d J.C. introdujeron este abanico los japoneses, quienes a su vez, idearon una ingeniosa modificación en el abanico plegable.
Habían diferentes tipos: abanicos específicos para el baile, para tomar el té e incluso para los hombres.
A partir del siglo XV, los mercaderes europeos que comerciaban en Oriente volvieron con amplios surtidos de decorativos abanicos chinos y japoneses.
Se convirtieron en un elemento indispensable en los siglos XVII, XVIII y XIX. En las épocas de esplendor fueron decorados por grandes pintores y llegaron a emplearse como lenguaje especial según los gestos y movimientos del mismo.
Si se pasa el abanico por los ojos significa, “lo siento”. Si se cierra el abanico tocándose los ojos, quiere decir: ¿Cuando te puedo ver?
Los abanicos junto con los pañuelos fueron los grandes accesorios del Renacimiento, alcanzaron gran popularidad durante el reinado de Isabel I de Inglaterra, conocida por sus abanicos de plumas como complemento de sus suntuosos trajes.
Forma Correcta de utilizarlo.
Se puede utilizar en espacios cerrados o abiertos a cualquier hora del día y, si se llevan con atuendos formales, deben ser de colores discretos y materiales mas ricos.
Y sobre los abanicos españoles tendré que hacer una entrada solo para este tema, porque hay mucho que contar.
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Hasta la próxima.
Un beso.
Yaneth ♥♥♥♥
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